Machu Picchu significa «Montaña vieja» en Quechua (lengua original de los Andes Centrales). La ciudadela está construida entre dos montañas y es uno de los legados más importantes de la civilización Inca y uno de los destinos turísticos más populares del mundo. Como todo el mundo sabe, es el santuario Inca por excelencia. Majestuoso. Uno de los viajes más deseados que existen. Si decides viajar a Perú y hacer este extraordinario viaje al Machu Picchu, échale un vistazo a los siguientes consejos:
Es importante conocer el origen de los destinos antes de ponerse en marcha. Te ayuda a crearte una perspectiva del lugar. El caso del Machu Picchu siempre ha sido un misterio: la ciudad perdida de los incas. Hasta que en el año 1911, un profesor estadounidense llamado Hiram Bingham la descubrió al mundo, el Machu Picchu estuvo oculta en medio de la selva.
Cuando el imperio comenzó a desmoronarse, sus habitantes fueron abandonando el lugar y quedó una parte a medio construir. Los conquistadores españoles no la encontraron y así quedo hasta entonces. Hoy se sabe, gracias a la prueba del carbono 14, que se levantó en el año 1450 de la era cristiana, durante el reinado del inca Pachacutec.
Lo primero que hay que decir es que en Perú hay dos estaciones: la húmeda, que va desde el mes de noviembre al de abril; y la seca, entre mayo y octubre. Hay que elegir las fechas en función de los planes que tengas. Es decir, en la época seca los cielos, en general, estarán despejados y suele lucir el sol aunque, eso sí, las noches son bastante frías. La luz es intensa y el paisaje se muestra esplendoroso en esta época. Pero por esa misma razón, todo es más caro.
Como el lógico, en la época húmeda, pasa lo contrario: llueve mucho más, pero todo está más barato. De todos modos, si podemos escoger alguna fecha en la temporada de lluvias, es aconsejable evitar febrero, puesto que las precipitaciones son muy fuertes y el camino inca se suele cerrar. En realidad, para evitar aglomeraciones, lo mejor es ir antes o después de la estación de lluvias de marzo a mayo, en septiembre u octubre.
Este es un consejos fundamental. Mucha gente se ha quedado sin subir al Machu Picchu, especialmente en temporada alta, por no planificar bien. Piensa que la demanda es muy alta y se venden unas 800 entradas limitadas al día. Se agotan a toda velocidad. Eso sí, hay que acordarse del pasaporte (al salir lo podrás sellar) y hay que saber que no hay taquilla en la puerta.
Para asegurarse de conseguir entradas para subir al Machu Picchu o al Huayna Picchu y evitarse problemas, lo mejor es hacer la reserva online lo antes posible. Entre dos y seis meses creo que es una buena opción. El proceso es sencillo. Piensa que si lo haces a través de intemediarios, te saldrá algo más caro. La opción más económica es comprarlos en el sitio web del Ministerio de Cultura (152 soles, unos 35 euros).
Para el que no lo sepa, Machu Picchi está al sur de Perú, a unos 1.100 kilómetros de Lima. La ciudad importante más cercana es Cuzco, actual capital regional y antigua capital de los Incas, que se encuentra a 132 kilómetros al noroeste de allí. La altitud de la ciudadela de Machu Picchu oscila entre los 2.430 metros de la Ciudadela hasta los 2.720 metros del pico de Huayna Picchu.
Lo normal, si quieres viajar a Perú, es coger un avión entre España y Perú. Con Iberia los billetes están alrededor de 700€. Una vez allí, la compañía StarPerú (www.starperu.com) une Lima con Cuzco, que está a 132 kilómetros de Machu Picchu. Desde Cuzco hay que llegar a Ollantaytambo en autobús, taxi o alquilar una furgoneta. Y desde allí, un tren hasta Aguas Calientes: La compañía Inca Rail ofrece este servicio.
Debido a las nuevas normas, hoy solo se puede entrar en la ciudadela inca de 6 a 12 de la mañana, o de 12 a 17.30h. Si puedes, haz el esfuerzo y escoge a primer hora de la mañana. No te arrepentirás. Ver Machu Picchu al amanecer es una de las experiencias más sobrenaturales que puede experimentar el ser humano. Es algo sagrado.
Una vez en el pueblo de Aguas Calientes, desde donde se suele hacer el ascenso final, puedes alcanzar la ciudadela sagrada con un servicio constante de autobuses (tarda una media hora) aunque también se puede llegar a pie en unas dos o tres horas. La verdad es que este es un viaje en el que merece la pena andar, observar y deleitarse con el asombroso paisaje.
Hay muchas posibilidades: desde el Camino Inca, uno de los trekkings más populares del Machu Picchu. Son unos 40 kilómetros que asciende por excepcionales parajes hasta llegar al sitio arqueológico de Wiñay Huayna desde donde se continúa hasta llegar a Machu Picchu.
Hacer una ruta por la zona sagrada de la ciudadela es fundamental. Una vez accedes por la Portada de la Ciudad, hay que ver el Grupo de la Portada, Templo del Sol (Torreón), Mausoleo Real, Residencia Real (Palacio Real), Templo de las Tres Ventanas y el Templo Principal, una muestra del poderío constructor de los incas.
Es interesante prestar especial atención al Reloj Solar, la Intihuatana. Se trata de una estructura tallada sobre roca que en tiempos de los incas debió servir de calendario astronómico. Actualmente es conocida como ‘»a roca que irradia energía» y muchos viajeros se acercan para sentir y contagiarse de su poder.
Y ya que la finalidad de este viaje es caminar, un buen consejo es subir Huayna Picchu (la montaña joven) la montaña que se ve de fondo en todas las fotos de Machu Picchu. El ascenso es empinado y lleva una hora. Es importante saber que solo pueden subir 400 personas diarias por lo que es también impepinable reservar con antelación. La vista en la cima es sobrenatural.
Los mosquitos no tienen piedad cuando estás visitando el Machu Picchu. Son despiadados. Es importante llevarse un buen repelente, está claro, aunque hay que decir que a veces incluso eso no es suficiente. Una buena sugerencia, incluso cuando haga calor, es vestirse con mangas largas, tanto en las piernas como en los brazos.
Aparte del repelente de los mosquitos, vale la pena equiparse bien para que la visita sea lo más cómoda posible. No sobrecargarse. Es imprescindible cargar en la maleta lo siguiente: la protección solar, una botella de agua reciclable, un impermeable y alguna ropa de abrigo, puesto que a primera hora suele hacer frío. Hay que tener en cuenta que no se permiten las mochilas muy grandes: si mide más de 40 cm x 35 cm x 20 cm, tendrás que pagar para guardarla en los casilleros.
Existe una gran variedad de restaurantes en Cusco y Machu Picchu. Los más económicos están en los mercados. También existen restaurantes que fusionan cocinas de todo el mundo. La comida peruana es considerada entre las mejores del mundo.
En nuestra opinión, hay 5 platos muy recomendables que no hay que perderse: el ceviche de pescado, el cuy (que es una especie de conejillo de indias), el lomo saltado, el ají de gallina, los anticuchos (pedazos de carne marinados a la parrilla) y el delicioso pollo a la brasa.
Lo más recomendable en un viaje al Machu Picchu es dormir en la población de Aguas Calientes, que está a unos 6 kilómetros de la entrada de Machu Picchu y además es una base ideal para planificar las excursiones. El alojamiento allí es bastante diverso: hostales y albergues hasta estancias a todo lujo. Depende del bolsillo de cada uno. Uno de los hoteles que más nos gustan está en las faldas del yacimiento: el Belmond Sanctuary Lodge por 950 euros la habitación.
Por Pedro y Christian, fundadores de Humboldt Society
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