Este pasado mes de septiembre hemos estado viajando por Costa Rica. Es un destino que teníamos en mente desde hace tiempo porque es muy interesante para organizar viajes personalizados. Y es que Costa Rica se puede adaptar a cualquier tipo de público. Naturaleza, familiar, romántico o de aventura. Todo es posible. Hay muchas razones para viajar a Costa Rica y, una de ellas, son las magníficas condiciones de su alojamiento.
Antes de entrar de lleno en la información sobre el alojamiento y las recomendaciones sobre los hoteles, nos gustaría explicarte rápidamente que la temporada alta (seca) de turismo comienza a finales de noviembre y se extiende hasta principios de mayo, lo que coincide con el invierno europeo.
En cambio, si viajes como nosotros, desde el mes de mayo a septiembre, que es la temporada de lluvias, puede que te vayas encontrando con precipitaciones a lo largo del viaje, pero las temperaturas son agradables y son lluvias muy rápidas (tormentas tropicales).
Es decir, que si viajas en temporada alta, el inconveniente es que los precios de los hoteles serán algo más caros, y en la temporada de lluvias, como no hay tanta afluencia de viajeros, el precio es más asequible.
Lo que decíamos antes: hay una enorme variedad de opciones para el que quiera buscar alojamiento en Costa Rica. Desde refugios ecológicos apartados hasta extensas plantaciones de café, albergues junto a la playa y resorts turísticos a todo lujo. Costa Rica abarca toda la gama cuando se trata de alojamientos únicos.
De entrada es importante, definir dónde y qué tipo de recorrido queremos hacer. Insistimos: estamos hablando de uno de los países de nuestro planeta con mayor biodiversidad (un cuarto de su geografía corresponde a selvas protegidas). Y cuenta con dos costas, la del Caribe y la del Pacífico, una gran ciudad como San José, playas espectaculares y un gran número de volcanes como Arenal.
En nuestra búsqueda de buenos hoteles en Costa Rica, cruzamos su territorio desde la parte occidental a la oriental, desde el Pacífico al Caribe. El objetivo era encontrar y probar hoteles que fueran cómodos y prácticos para trazar diferentes rutas por Costa Rica y explorar el máximo de su territorio y, con esa idea, crear nuestros viajes personalizados.
Partimos en un vuelo desde España a París, donde nos alojamos una noche en París. Para ello elegimos el hotel Lancaster, un 5 estrellas justo al lado de los Campos Elíseos, un refugio de lujo, construido en una mansión privada del siglo XIX. Desde allí, cruzamos el océano hasta la capital, San José, para luego ir a visitar Tortuguero y a su parque natural, de allí hasta el volcán Arenal, para finalmente acabar en las playas en el norte de la costa del Pacífico, en Guanacaste.
Cuando uno llega a Costa Rica, lo normal es empezar por su capital, San José. Allí está el aeropuerto Juan Santamaría. En muchas ocasiones es como una estación de paso para moverse por el país -alquilar el coche y conducir hasta las partes más interesantes- pero vale la pena visitarla a fondo. Se trata de una ciudad con una arquitectura asombrosa, hermosos parques y deliciosa comida.
El hotel que recomendamos en San José: Es importante elegir bien la zona y el hotel donde nos hospedaremos. El Marriot San José Hacienda Belen es un hotel 5* situado en una plantación de café. Se puede llegar caminando fácilmente a restaurantes y bares. Dispone de 248 habitaciones, de las cuales 7 son suites. Las críticas son muy positivas: un 4,7 de 5 en Google y un 4,5 de 5 en Tripadvisor.
El Parque Nacional de Tortuguero es uno de los puntos imprescindibles en cualquier viaje a Costa Rica. Situado en la parte norte de la costa caribeña (parte oriental), es un lugar protegido y de gran valor. El acceso habitual suele ser en lancha, avioneta o helicóptero. No hay carreteras. Es una zona muy conocida porque entre los meses de abril y junio van a desovar las tortugas marinas. Sin embargo, hay mucho más que ver. Es pura aventura.
El hotel que recomendamos en Tortuguero: En esta ocasión hemos seleccionado el Tortuga Lodge & Gardens. Es muy recomendable, la verdad. Es sofisticado y, a la vez, muy confortable. Dispone de un entorno privilegiado, donde hay diversos senderos por la selva. Se pueden avistar monos, mariposas espectaculares o ranas verdes. Para los momentos de relax, cuenta con una piscina rodeada de hamacas y un delicioso restaurante caribeño. Las opiniones, en general, son muy positivas: 4,6 de 5 en Google y 9,1 de 10 en Booking.
En Costa Rica abundan los volcanes. Pero uno de ellos destaca por todo lo alto: el Arenal. Una maravilla. Si las nubes no se agarran egoístamente a él, deja ver salir lava de su cráter y escuchar los temblores y explosiones que suceden en el interior del caldero. Alucinante. No se puede ir uno de Costa Rica sin acercarse.
El hotel que recomendamos cerca de Arenal: Ubicado (y casi oculto) a las afueras del Parque Nacional Volcán Arenal, a 8 kilómetros de La Fortuna y a un par de kil´ómetros de las aguas termales para los tratamientos de Spa, el Nayara Resort & Spa es ideal para explorar esta zona de Costa Rica. Hay un servicio de transporte gratuito a la ciudad a las 10 de la mañana. En Google cuenta con una valoración de 4,9 de 5 y en Relaix Chateaux un 5 de 5.
Esta probablemente sea la zona más solicitada de Costa Rica y el lugar donde están las mejores playas como playa Blanca y playa Hermosa. Es la costa norte del océano Pacífico, Guanacaste, donde abre el golfo de Papagayo y sus espléndidos resorts y un lugar perfecto para la practica del surf, snorkel o boogie boarding.
Hoteles recomendado en Guanacaste: En este caso recomendamos dos hoteles. Por un lado el Mangroove, con una ubicación espléndida en una bahía, a solo 15 minutos de la población más cercana. Fue diseñado por el arquitecto más destacado de Costa Rica, Ronald Zurcher, quien logró expresar la belleza de la simplicidad. Comentarios muy favorables en Google, 4,6 de 5, y en Booking.com 8,9 de 10.
El hotel Four Seasons Resorts también está situado en esta privilegiada zona de la costa del Pacífico costaricense: en el istmo más estrecho de la Península Papagayo, está flanqueado por dos playas de arena y ofrece vistas que difícilmente podrás encontrar en alguna otra parte del planeta. Las instalaciones y los servicios también son inmejorables: merece la pena probar el «Sendero de los Gigantes», donde un guía lo lleva en un carrito de golf para descubrir la fauna y la vida silvestre de la zona. Muy buenas las críticas: 4,8 de 5 en Google y 9,1 de 10 en Trivago.
Por Pedro y Christian, fundadores de Humboldt Society
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