Siempre que estoy en un lugar que me inspira profundamente fantaseo con la idea de quedarme en ese lugar por un tiempo para escribir una novela.

Pura fantasía porque lamentablemente no gozo ni del tiempo ni de un mecenas que  me financie tal oportunidad. He observado que este “deseo” surge en mi cuando realmente estoy a gusto en un sitio.

Una de las veces que más me abordó ese deseo fue cuando fuimos tras la búsqueda del tigre de Ranthambore, en India.

Un safari en India, es una experiencia fascinante ya que a diferencia de los demás safaris que se pueden realizar en el mundo, es completamente anárquico y salvaje, circulando a toda velocidad campo a través con el objetivo de localizar un esquivo tigre. Tras tres horas entre arena, atravesando ríos y montañas, conseguimos dar con un precioso ejemplar de tigre de bengala.

Antiguamente la actual reserva natural de Ranthambore había sido el coto de caza de los Raj de Jaipur.  Esto nos brindó la oportunidad de alojarnos en el antiguo pabellón de caza real, un palacio Hindú de enormes dimensiones esculpido en mármol, hoy en día convertido en un hotel magnífico. Con una de las piscinas más inolvidables que he disfrutado.

No me habría importado en absoluto quedarme una buena temporada escribiendo mi primera novela: “En búsqueda del tigre perdido de bengala.” Pero dejé de fantasear y volví a la realidad. Lo recodaré siempre con nostalgia.