El nacimiento del Nilo: una aventura hasta Uganda
Ya hemos hablado en diversas ocasiones de la importancia que tuvo el río Nilo en la formación y desarrollo de Egipto y la cultura faraónica. El Nilo es fuente de vida por allí donde pasa. Pero los egipcios únicamente se asentaron en los últimos 1.300 kilómetros de su cauce, en los que básicamente se podia navegar. Más allá, hasta los 6.650 kilómetros que tiene en total, quedó mucho tiempo inexplorado. Los romanos hicieron algunas intentonas sin éxito. Durante muchos años, las fuentes del Nilo fueron la obsesión de aventureros y exploradores, hasta que John Hanning Speke encontró el nacimiento del Nilo en el maravilloso lago Victoria en 1858.
El río Nilo
No hace falta decir que el Nilo es uno de los ríos más importantes del planeta. Su cauce discurre a lo largo de siete naciones llegando a recorrer los 6.650 km hasta su desembocadura, creando un delta en el mar Mediterráneo. Inicia su recorrido en en la región de los Grandes Lagos de África central (lago Alberto, Turkana, Bangweulu, Malaui, Tanganica y Victoria) y fluye hasta Sudán, donde toma el nombre de Nilo Blanco y se une al Nilo Azul, que nace en Etiopía. Vamos a ascender geográficamente por el río Blanco hasta Uganda.
- El Lago Victoria en Uganda
- Jinja, el nacimiento del Nilo
- Kampala, «centro de operaciones»
- Las cataratas de Murchinson
- Rafting por el Nilo Blanco
- Ruta de los Chimpancés en Kibale
- Observación de aves en lago Mburo
- El bosque de Bwindi y los Gorilas de montaña
Siguiendo al explorador John Hanning Speke
Podría pensarse que el mundo de los exploradores era romántico, espiritual y un lugar donde reinaba la concordia y el compañerismo. Pues nada más lejos de la realidad. Era pura competencia, un polvorín. El caso del descubrimiento del nacimiento del Nilo en el siglo XIX es una muestra flagrante de cómo se las gastaban. Todos querían ser los descubridores de las fuentes del Nilo. El británico John Hanning Speke fue el primero en conseguirlo y le puso el nombre de la que en aquel momento era su reina: Victoria.
Doctor Livingstone, supongo
La cuestión es que el descubrimiento de Hanning no le hizo mucha gracia a su jefe y compañero de travesía, Sir Richard Burton, que había tenido que quedarse convaleciente a medio camino. Así que puso en duda su hallazgo -Burton creía que el Nilo nacía en el lago Tanganica- lo que ocasionó que otros fueran a confirmar lo que aseguraba Speke. El mítico Livingstone fue uno de ellos y lo intentó, pero acabó en el río Congo. Entonces fue Stanley y certificó que Hanning tenía razón y surgió aquel memorable: “Doctor Livingstone, supongo.” Por cierto, Hanning murió sospechosamente por un disparo que él mismo se propino el día en el que se debía enfrentar cara a cara con Burton para probar su teoría.
El Nilo Blanco
Como comentábamos anteriormente, el Nilo Azul y el Nilo Blanco se unen en Jartúm, la capital de Sudán. Pero antes de eso, ambos tienen su propia vida. Siguiendo el Nilo Blanco río arriba, atravesamos Sudán del sur y penetramos en la frontera de Uganda. Allí está el lago Victoria -que ya antes los árabes lo bautizaron con el nombre de Ukerewe (el gran Lago), que está bordeado por Uganda, Kenia y Tanzania. Fue allí donde Hanning descubrió el nacimiento del Nilo.
El lago Victoria
Estamos hablando del lago tropical más grande del mundo (con una extensión de 68.800 kilómetros cuadrados, casi el doble que Catalunya) y el segundo lago más grande de agua dulce. Es un lago relativamente joven comparado con el Tanganica y Malawi. Sus costas se alargan hasta los 5.000 kilómetros, la mayor corresponde a Tanzania, luego Uganda y la parte más pequeña a Kenia. El afluente más caudaloso del lago Victoria es el río Kagera, ubicado al noroeste de Tanzania. Si se considera parte del cauce del Nilo, su nacimiento sería el punto más alejado del Mediterráneo, siendo el Nilo-Kagera el segundo río más largo del mundo.
Uganda salvaje
Una vez nos adentramos en territorio ugandés, las fuentes del Nilo ya están muy cerca. Hay que pensar que Uganda es uno de los países más vírgenes de África. No es muy grande, la verdad, pero la intensidad de su naturaleza es brutal. Allí tienes de todo: el parque Nacional Impenetrable de Bwindi y los gorilas de montaña; el exuberante archipiélago de Ssese y sus 48 islas; las cataratas de Murchinson; el lago Bunyonyi; los montes Rwenzori, declarados Patrimonio de la Humanidad; y, por supuesto, Jinja, el punto del planeta donde inicia su recorrido el mítico Nilo.
Jinja, donde brotan las aguas
Estamos en una de las ciudades más turísticas de Uganda. Y no es porque sí. Muy cerca de Jinja se sitúa el punto exacto que Hanning marcó como el origen donde surgen las aguas que luego se deslizan por el Nilo hasta morir en el mar. La ciudad está bien, nada del otro mundo, con sus aires coloniales, amplias avenidas y las fachadas victorianas le dan un toque encantador. Vale la pena caminar por sus calles y respirar el aire salvaje que revolotea por todos lados.
Bienvenido a las fuentes del Nilo
Así lo anuncia un rótulo al llegar. Has de coger una barca, navegas sobre las mismas fuentes y visitas el memorial de Hanning Speke. Puedes también zarpar hasta una diminuta isla donde existe un manantial subterráneo del que explican brota el 30% del agua que lleva el Nilo, el resto del agua procede del lago Victoria. En este preciso lugar, entre rocas escarpadas, es donde llegó Hanning y lo marcó como el nacimiento del Nilo.
Rafting en las cascadas de Bujagali
Está claro que ya no estamos en tiempos de exploradores. Nos queda solo el espacio. Pero eso no significa que no podamos encontrar aventuras y asumir algo de riesgo en el planeta. El rafting por las aguas del Nilo Blanco es una formidable manera de hacerlo. Solo hay que remontar el río hasta las cataratas de Bujagali y ponerse a prueba. No es un río sencillo, más bien al contrario: el trayecto supera los 30 kilómetros donde te encuentras con grandes rápidos de grado 5. Pero luego también hay tramos donde puedes ir remando y tienes la sensación de ser un auténtico explorador en busca del nacimiento del Nilo.
Kampala, la capital de Uganda
Este viaje al nacimiento del Nilo es una magnífica oportunidad para conocer otros muchos atractivos que hay en Uganda. Hay muchísimos más. De entrada, hay que pensar en Kampala, la bulliciosa urbe del país. Ese es el centro de operaciones de muchos viajes a Uganda. Merece la pena darse una vuelta y conocer lugares como las tumbas de los reyes de Buganda, incluidas en la lista de monumentos Patrimonio de la Humanidad, al templo Bahai, el palacio Lubiri o la fascinante mezquita nacional.
Parque Nacional Murchinson Falls
Una vez en Uganda, al norte de Kampala, a unos 200 kilómetros, no nos podemos perder por nada del mundo la visita a este maravilloso parque de las Cataratas de Murchinson, el más grande de Uganda con 3.840 kilómetros cuadrados. El parque está dividido por el Nilo: en la sección norte, encontrarás la sabana, palmeras, acacias y bosques fluviales; en la sección sur, en cambio, predomina el bosque. En algunas partes del río, antes de las cascadas (Kabarega, donde el Nilo se precipita sobre el fondo del Rift), se puede hacer rafting o navegar y observar la cantidad ingente de vida animal que hay allí, desde cocodrilos, hipopótamos o búfalos hasta las majestuosas aves de todas las clases y colores que sobrevuelan constantemente sus cielos.
Comerse «un rolex«
De vez en cuando, en esta travesía por el Nilo, merece la pena hacer un paréntesis y sentarse a recargar energías. La gastronomía africana es rica y muy variada. En Uganda se come muy bien. La mezcla de sabores es extraordinaria, puesto que tiene su origen en la cultura árabe, asiática e inglesa. Hay muchos platos que es recomendable pedir: el Matoke, un estofado de pollo y platanos verdes; el Nsenene, saltamontes fritos; Nswaa, hormigas fritas; el Mkate Na Mayai, receta de origen árabe, pan y huevos. También te puedes comer un plato que ellos llaman «Rolex», una tortilla con cebolla, tomates y una especie de col relleno de un pan indio Chapati.
La ruta de los chimpancés
A Uganda se la conoce mucho por sus gorilas de montaña, pero una de las excursiones más recomendables tiene que ver con otros primates: los chimpancés que hay en el Parque Nacional de Kibale, situado a unos 300 kilómetros al oeste de Kampala. Hay unos 500 ejemplares de chimpancé. De hecho, este parque concentra la mayor población de primates del continente africano. Además, cuenta también unas 13 especies distintas de primates, pero además más de 300 especies de aves, y unas 30 de mamíferos entre las que destaca la presencia del elefante, leopardo y el búfalo.
Para aficionados a la observación de aves
Aparte de los primates y de otros animales del fabuloso parque nacional de Kibale, Uganda es el país con mayor diversidad de África para observar aves. Algunos de los lugares más aconsejables son el Lago Mburo con 315 aves registradas, el Parque Nacional Bwindi Impenetrable Forest con 350, Parque Nacional Queen Elizabeth con 600, Parque Nacional Semuliki con 441, 375 en el Parque Nacional de Kibale, 451 en el Parque Nacional Murchison Falls o 475 en el Parque Nacional de Kidepo Valley. Un destino en el que no pueden faltar los prismáticos.
Los gorilas de montaña
En el año 1970 quedaban en el planeta 250 ejemplares de la especie de Gorilas de Montaña (Gorilla beringei beringei), el más grande de los simios. Hoy según varias fuentes directas ya superan los 1.000. Es evidente que hay pocos lugares donde avistarlos. Uno de ellos es el Parque Nacional de Bwindi, en la parte sur de Uganda, en lo alto de las montañas -entre 2.000 y 4.000 metros de altura-, entre las densas selvas y bosques lluviosos cubiertas de neblina, viven estas fabulosas criaturas.
Cuando viajar a Uganda
El clima en Uganda es moderado, tropical y ecuatorial. La presencia e influencia del lago Victoria determina mucho las lluvias. Se producen grandes oscilaciones a lo largo del año entre las épocas secas y las lluviosas. La primera estación seca suele aparecer a finales de diciembre y se alarga hasta febrero. Luego vienen lluvias. Y en el mes de junio se detienen hasta septiembre. En el norte todo se produce de forma más intensa y dura más tiempo, tanto las lluvias como las temperaturas.
Dónde alojarse al viajar a Uganda
Si te atrae un viaje de este calibre hasta Uganda para descubrir el nacimiento del Nilo, te aconsejamos que te asesores muy bien sobre el alojamiento. Por un lado tienes los hoteles o los safari camps en o cerca de los Parques Nacionales -como Marchinson Falls o Bwindi- y, por el otro, en las ciudades. En ambas opciones, puedes encontrar alojamiento económico y con buena reputación. Solo hay que buscar y comparar bien.
Por Pedro y Christian, fundadores de Humboldt Society
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