Desde siempre me ha apasionado la gastronomía, mi mejor regalo de infancia fue una cocina de juguete.

 

Años mas tarde cuando tuve oportunidad, hasta realicé el curso de chef profesional de Hoffman, por un puro interés técnico mas que profesional.

 

Cuando viajo, la gastronomía local, es uno de los focos principales.

 

 

Comparto la opinión que la gastronomía es la expresión mas importante de un país después de su idioma.

 

Mi empeño me ha llevado a conocer muchos restaurantes, obsesionados en poner en valor lo mejor de sus tierras.

 

Podría hablar de muchos, pero si tengo que decidir entre alguno. Sin duda elegiría a Paul Boccuse, chef de chefs, y su restaurante L’Auberge du Pont de Collonges restaurante de restaurantes, un “templo a la tradición”. Ganó su primera estrella en 1961 y para 1965 ya poseía el trío, lo que representa 54 años dentro de esa categoría y el que por más tiempo la ha ostentado.

 

Recibidos por el chef en la puerta, acompañados a una mesa perfectamente parada. Un ejercito de camareros, perfectamente coordinados.  Maitre, segundo maitre, jefes de rango, sumilleres y ayudantes. Empezó una cena con lo mas destacado de la gastronomía francesa. Pero lo mejor para el final, a medida que los comensales acababan de cenar toda la sala se iba llenando de los mejores postres de Francia. Un autentico festín jamás visto; repleto de  macarons, mont-Blancs,tartas Tatin, Gâteau Saint Honoré, Ispahan, Éclair, Crêpes Suzette, Paris-Brest, Milhojas, tarta de limón, flan parisién, creme brulee.

 

 

 

La puesta escena, fue perfecta y la experiencia fue inolvidable. Aquel día no solo salí convencido de que la cocina francesa era la mejor del mundo, sino que Francia había sido, era y sería siempre una gran nación.

 

 

Vive la France!