Tejeda, conquistando el corazón de Gran Canaria

Tejeda

El pueblo de Tejeda no tiene perdida. Si decides viajar a Gran Canaria, solo tienes que dirigirte hacia el interior de la isla, a su centro geográfico. O en otras palabras, al mismísimo corazón. Cuando todo el mundo piense en las playas del sur, las dunas de Maspalomas o el océano Atlántico, o incluso las piscinas naturales de Agaete, tú pon rumbo hacia las montañas. Allí te espera uno de los pueblos más bellos de España: Tejeda.

Vuelos baratos a Gran Canaria

Como decíamos, vale la pena plantearse ir en busca del sol y el calorcito canario en invierno. Eso sí, piensa que las temperaturas medias en el interior son más bajos que en la costa: están en los 10 y los 15 grados. Desde el aeropuerto de Gran Canaria, situado al este, tienes una distancia de unos 50 kilómetros hasta Tejeda. En apenas una hora ya has llegado. Los vuelos están bastante bien de precio ahora mismo: hay mucha disponibilidad por menos de 50€ ida y vuelta desde varias ciudades españolas. Luego la forma más fácil y económica de moverse es alquilar un coche, cuya tarifa podría te puede salir por menos de 12€.

Los paisajes volcánicos y la carretera

Una vez en la isla, si cogemos un coche y conducimos hacia el interior, podremos observar como el paisaje va ascendiendo y, lentamente, se va transformando: es como sumergirse en un mundo de calma total. Eso sí, las carreteras no son fáciles, puesto que Tejeda está situado a casi 1.000 metros de altitud y el camino es un laberinto envuelto de palmerales, viñedos y enormes y pronunciados barrancos. Y recuerda que durante los meses de enero y febrero puedes ver los almendros en flor que rodean al pueblo. Todo se llena de blanco inmaculado, como si fuera un paisaje nevado. Hasta que alcanzamos Tejeda, un lugar construido en una pendiente de una caldera de origen volcánico.

Breve Historia de Tejeda

Hay indicios que apuntan que en el siglo III d.C. vivían unos pobladores en las cuevas que hoy en día aun se conservan en los barrios del municipio. El asentamiento más importante se encontraba en la Sierra de Bantayga, que fue uno de los últimos puntos en ser conquistado por los castellanos en 1946. El reparto de tierras fue llevado a cabo por el adelantado Pedro de Vera. En el año 1815 el municipio se divide en dos, la parte sur, la más próxima al mar, se independiza de Tejeda y acoge el nombre de Mogán.

Unamuno en Gran Canaria

Como decíamos, lejos de las dunas, las playas y el turismo grancanario, existe otra isla más rústica, solitaria y cuyos paisajes son absolutamente cautivadores: allí domina el protagonismo del municipio de Tejeda, del que quedó totalmente enamorado el escritor Miguel de Unamuno. «Tempestad petrificada», la describió el escritor bilbaino cuando la visitó por primera vez a inicios del siglo XX. No en vano, el municipio cumbrero de Gran Canaria es la única localidad canaria que se cuela en el listado de pueblos más bonitos de España.

El balcón canario

Vale la pena darse un paseo largo y pausado por el casco viejo de Tejeda. La piedra, la madera y la teja son los materiales principales que se han utilizado para construir un pueblo que refleja la típica arquitectura canaria. Las casas blancas son como una luz en el horizonte. El balcón canario es uno de sus valiosísimos ejemplos. Desde allí las vistas al Roque Bentayga son imponentes.

Los almendros y la gastronomía

Sin duda el cultivo del almendro, el árbol más habitual en estas tierras, produce un fruto que es el orgullo de sus pobladores: La almendra forma parte de la mayoría de exquisitos postres y otras comidas de Tejeda. El Bienmesabe y los mazapanes son una buena muestra de ello. Para catarlos, es aconsejable pasar por la Dulcería el Nublo: aparte de mazapanes o las almendras rellenas de turrón, sus palmeras son exquisitas.

Roque Nublo y Roque de Bentayga

Los roques Nublo y Bentayga son dos de los auténticos símbolos visuales y espirituales de Gran Canaria, y ambos pertenecen al municipio de Tejeda. A unos nueve kilómetros hacia el sur, el roque Nublo, de origen volcánico, se eleva a 1.813 metros sobre el nivel del mar, desde donde se puede avistar el Teide, en la isla de Tenerife. Por cierto, es el lugar perfecto para asombrarse con la magia del “mar de nubes”, un fenómeno causado por los vientos alisios que empujan a las nubes contra las laderas montañosas. Dicen que contemplar un atardecer en el Roque Bentayga de 1.414 metros es una experiencia mística. De hecho, en el Centro de Interpretación del Roque Bentayga dan todos los detalles sobre los motivos por los que se le considera un lugar sagrado para los aborígenes de Gran Canaria.

Montañas sagradas que son Patrimonio de la Humanidad

La Organización de la ONU (Unesco) declaró el pasado año Patrimonio de la humanidad Mundial el paisaje cultural de Risco Caído y las montañas sagradas de Gran Canaria, un yacimiento arqueológico prehispánico de asentamientos trogloditas. Este fascinante paisaje cultural de indudable belleza suma 18.000 hectáreas en la caldera volcánica de Tejeda y es fundamental para entender la cultura de los aborígenes canarios -los guanches, de origen norteafricano- que poblaron la isla durante 1.500 años antes de que llegarán los europeos.

Dormir en el Parador de Tejeda

Si existe un lugar idílico como base para explorar el interior de la isla, es el pequeño Parador Nacional de Cruz de Tejeda. Se encuentra a unos siete kilómetros del pueblo, a unos 1.560 metros de altitud, en un enclave denominado «la Cruz de Tejeda», rodeado de bosques, montañas y la magia de «los mares de nubes». Construido en 1937 y reformado recientemente, su entorno natural es excepcional, las vistas son de lo mejorcito de la isla. Desde allí parten una gran cantidad de senderos para los aficionados a las caminatas y las excursiones. Dispone de spa, piscina hidrotermal y habitaciones con balcón y vistas a los extraordinarios paisajes volcánicos.